Día a día transitamos por las calles de Guayaquil, sin darnos cuenta de las personas que se encuentran a nuestro alrededor, esto sucede porque hoy en día cada persona vive para sí mismo sin fijarse en su prójimo. Si nos detuviéramos a observar detenidamente por un momento podríamos darnos cuenta de que existen muchas personas desamparadas como: los mendigos, los pobres, los enfermos, los adictos, los niños trabajando. Y en todos ellos se ve reflejado los rostros sufrientes de Cristo.
Pero los rostros sufrientes de Cristo
no solo se reflejan en los pobres, también están reflejados en las personas que
no conocen a Dios, no saben nada acerca de él y esto los lleva a que estén en
malos pasos; y sufren ya que no tienen a Dios en sus corazones. Todas estas personas que sufren deben de tener fe y confianza en Dios porque de esta manera podrán superar todos sus problemas y seguir adelante.
Al recorrer la ciudad de Guayaquil
podemos encontrar reflejado los rostros sufrientes de cristo en las siguientes
personas:
-Rostros de niños en las calles,
muchas veces explotados, golpeados y maltratados física o psicológicamente;
ellos sufren porque no son escuchados y no disfrutan de su infancia a causa de
la pobreza que existe en su familia.
-Rostros de jóvenes, que sufren
a causa de no tener una buena orientación, por problemas familiares, por discriminación
que se suele dar entre ellos mismos y esto los lleva a tomar malas decisiones y
a realizar malas acciones.
-Rostros de indigentes que viven
marginados y en situaciones inhumanas, al ser los más pobres y muchas veces no
tienen el pan de cada día.
-Rostros de ancianos que están desamparados
en las calles sin sus familias y que para muchos son una carga; pero esto no tiene
que ser así ya que todos debemos ser tratados por igual.
-Rostros de adictos a las drogas, al alcohol, ladrones, secuestradores todos estos sufren ya que viven realizando
malas acciones y no pueden encontrar la felicidad, ni la armonía en sus vidas.
Nosotros muchas veces decimos que
“sufrimos” por cosas insignificantes cuando no es así. Debemos de aprender
agradecer a Dios por todo lo que nos da, por el simple hecho de darnos un día más
de vida. Las personas que menos tienen son las que mas valoran lo que poseen y
todos debemos de agradecer y valorar lo que tenemos.
Cristo se encuentra reflejado en
nuestro prójimo. «En el más humilde encontramos a Jesús mismo y en
Jesús encontramos a Dios.» Todos nosotros debemos de ayudar a nuestro prójimo,
a las personas que mas lo necesitan; esto nos hace crecer como personas, nos da la satisfacción
de que estamos colaborando con un granito de arena para que alguien sea feliz y
pueda superarse y cambiar su forma de vida. Ya sea esta de una manera social o de una manera espiritual y religiosa.
Todos estos cambios que realicemos nos ayudará a vivir dentro de una sociedad de paz, de amor y de la manera que Dios quiere que convivamos los unos con los otros siendo solidarios, bondadosos, generosos y amando al prójimo como a nosotros mismos.
En el siguiente vídeo podemos observar y reflexionar sobre los rostros sufrientes de Cristo.
Todos estos cambios que realicemos nos ayudará a vivir dentro de una sociedad de paz, de amor y de la manera que Dios quiere que convivamos los unos con los otros siendo solidarios, bondadosos, generosos y amando al prójimo como a nosotros mismos.
En el siguiente vídeo podemos observar y reflexionar sobre los rostros sufrientes de Cristo.
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